viernes, octubre 07, 2005

Sucursal Babel


Ni Elliotinanos ni Whitmanianos. Mejor Thomasianos.
(Y que inicie octubre. Uno de mis meses favoritos.)

Especialmente cuando el viento de octubre
castiga mis cabellos con gélidos dedos
cautivo de un sol deslizante, camino sobre el fuego
y proyecto un sombrío gruñido sobre la tierra,
por la costa, oyendo el ruido de pájaros
oyendo la tos del cuervo en invernales punzadas,
mi ocupado corazón que se estremece al hablar ella
derrama la silábica sangre y drena sus palabras.

Encerrado, también, en una torre de palabras, marco
En el horizonte andando como los árboles
Las parlanchinas formas de mujeres, y las filas
De niños de estrellados gestos en el parque.
Algunos me dejan hacerte de las vocalizadas hayas,
algunos, de las voces de roble, desde las raíces
de muchos, un espinoso prado te dice notas,
algunos me dejan hacerte de los discursos del agua.

Tras una maceta de helechos, el oscilante reloj
Me dice la palabra de la hora, el significado neural
Vuela sobre el disco, declama la mañana
Y cuenta el clima ventoso en la veleta.
Algunos me dejan hacerte de las signos de los prados
El pasto señal que me dice todo lo que sé
Rompe con el invierno agusanado a través del ojo
Algunos me dejan decirte de los pecados del cuervo.

Especialmente cuando el viento de octubre
(alguno me dejan hacerte de hechizos otoñales,
el de arácnida lengua y las vociferantes colinas de Gales)
con puños de nabos castiga la tierra,
algunos me dejan hacerte de las descorazonadas palabras.
El corazón esta drenado, deletreando en el escurrir
de sangre química, advertido de la furia que llega.
Por la orilla del mar escucha a las aves de oscuras vocales.


Especially when the October wind
With frosty fingers punishes my hair,
Caught by the crabbing sun I walk on fire
And cast a shadow crab upon the land,
By the sea's side, hearing the noise of birds,
Hearing the raven cough in winter sticks,
My busy heart who shudders as she talks
Sheds the syllabic blood and drains her words.

Shut, too, in a tower of words, I mark
On the horizon walking like the trees
The wordy shapes of women, and the rows
Of the star-gestured children in the park.
Some let me make you of the vowelled beeches,
Some of the oaken voices, from the roots
Of many a thorny shire tell you notes,
Some let me make you of the water's speeches.

Behind a pot of ferns the wagging clock
Tells me the hour's word, the neural meaning
Flies on the shafted disk, declaims the morning
And tells the windy weather in the cock.
Some let me make you of the meadow's signs;
The signal grass that tells me all I know
Breaks with the wormy winter through the eye.
Some let me tell you of the raven's sins.

Especially when the October wind
(Some let me make you of autumnal spells,
The spider-tongued, and the loud hill of Wales)
With fists of turnips punishes the land,
Some let me make you of the heartless words.
The heart is drained that, spelling in the scurry
Of chemic blood, warned of the coming fury.
By the sea's side hear the dark-vowelled birds.

1 comentario:

Justes dijo...

do go gentle into the drinking night of tonight.