miércoles, febrero 18, 2009

Jorge Fernández Granados, Premio Carlos Pellicer


Llevo tiempo tratando de definir cuál de las experiencias relacionadas con el trato con Jorge Fernández Granados es más sobrecogedora: la lectura de su obra, escucharlo "leer" sus poemas o conocerlo y charlar con él (tan torpemente como mi condición de tullido social me lo permitió en aquella torpe ocasión; ni hablar, una cuenta más al rosario de encuentros falllidos por culpa nada más que mía).

"Unidad temática y estilística sobresaliente; el poder metafórico y capacidad rítmica originales que conforman una voz sólida y madura"  es lo que el jurado halló en "Principio de Incertidumbre" para concederle el premio del V Encuentro  Iberoamericano de Poesía "Carlos Pellicer Cámara", correspondiente a obra publicada en 2008.

Libro que para mí ya ha sido tema de númerosas charlas de café y no menos relecturas. Libro que fiel a su concepción, hace que el observador (lector) y la posición de éste, sea tan determinante en la experiencia lectora...

Quede aquí una muestra del libro ganador y la sincera recomendación para acercarse a la obra de Jorge.


Los muertos

 (tomado de Principio de Incertidumbre, Jorge Fernandez Granados, 2008)

será que guardan la medida de otro mundo

suspendido

entre dos instantes de esto

que aquí llamamos tiempo

o lo vivido un súbito

recuerdo esta certeza

de que nunca estamos solos

 

yo no soy un hombre soy una legión de muertos

 

y algo cae

y pertenece

a su reino

al evocarlos

 

será

 

que guardan otra acumulada edad

de la tierra que descansa

en lo que estuvo en la tierra

si es que fuera

tierra todo lo visible y lo

que no

 

será

 

que habitan lo invisible

pero pesan

desde ahí

y nos inventan

yo no sé

sólo digo que están muertos sólo digo

que los pienso

en este aquí

provisional presente como decir aparición

de lo que fueron o somos o seremos digo fe

en lo aparecido y lo desaparecido y lo inaparecido

(aún)

digo visitantes ausencias en las ruinas

del amor

 

y el espanto

que nos falta (todavía)

para deletrear la tierra

 

será

 

que no sospechan

que su mundo es este mismo el único y que (aún)

discutimos su existencia

porque piensan despacio muy despacio

como muertos tanto

que uno solo de sus pensamientos

puede tomar siglos

en nosotros igual para nacer

que el cristal bajo la roca o ser veloces deslumbrantes

como el reloj del sol

en el lomo de los peces (oro) un golpe

que rebasa el pensamiento en un destello

 

esto no es un pensamiento es un temblor

 

todos mis muertos

que tanto he contado y conocido

ellos tan antes y son muertos son todos desde el tiempo

donde arañé la cita

de una historia esta historia de una sombra son testigos

y acaso

testamento

 

será

 

que están ya conmigo todos viviendo mis muertos